Donna me prega

Este blog se declara católico, tal vez con cierto aire estoico. Defiende la simplicidad, el silencio y la contemplación.
Quiere ofrecer reflexiones, opiniones y lecturas a personas atentas a la vida del espíritu y de la cultura.
Mostrando entradas con la etiqueta Filosofía. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Filosofía. Mostrar todas las entradas

martes, 25 de junio de 2019

Frank Kermode, el lector último.



Le liseur blanc,
Ernest Messonier (1857)

Hubo también un tiempo de mi formación académica en que me entregué al estudio de las más variopintas teorías sobre los relatos, fuesen lingüísticas, pragmáticas o fenomenológicas. Entre todas ellas, sobre las páginas de Paul Ricœur se confirmó el aliento filosófico que, desde entonces cada vez más perentoriamente, ha ido empujando mi búsqueda de un sentido teológico, por estético, de la existencia humana. He ahí, pues, una de las causas que pudieran explicar la matriz reaccionaria de mi poética claravalense.

martes, 14 de mayo de 2019

La transpolítica de Nicolás Maquiavelo.



The Spiritual Form of Pitt guiding Behemoth,
William Blake (1805)

En la entrada anterior proponía leer los recientes apuntes de Benedicto XVI a la luz del opúsculo De consideratione de San Bernardo. En esta ocasión me gustaría enfocar el fondo de las aparentes contradicciones y/o ambigüedades del Papa Francisco tanto en cuestiones dogmáticas como en sus apuestas políticas bajo la guía de El príncipe de Nicolás Maquiavelo.

viernes, 22 de marzo de 2019

La imaginación conservadora de Gregorio Luri.



Kermés flamenca,
David Teniers el Joven (1652)

Acaso emprenda el inusual comentario de un libro. ¿Sería presuntuoso desear orientarse más por la enseñanza esotérica de su autor -no por ello menos escrita- que por el contenido de su obra concreta? Ante La imaginación conservadora (Barcelona, 2018) de Gregorio Luri creo que casi es un deber, casi una deuda, acercarse indirectamente

viernes, 1 de marzo de 2019

Manual de resistencia.



Arlequín con espejo,
Pablo Picasso (1923)

Como saben mis lectores, suelo infligirme, entre otros atributos, el de anarcorreaccionario. En su acepción quizás más castiza podría definirse como la calidad de la anarcoreacción: dado que todo principio y orden tradicional no sólo ha sido subvertido sino ridiculizado y humillado sistemáticamente, se muestra partidaria de suprimir cualquier residuo de autoridad usurpada, principalmente en sus extremos más grotescos, que ejerzan los nuevos poderes de este mundo revolucionado. Es inevitable, pues, que en él lata una veta satírica. Desconozco si el resultado será afortunado hoy. Aun así, quisiera entonar el vituperio y elogio de Pedro Sánchez a propósito de la publicación de ¿sus? ¿¿¿memorias??? tituladas Manual de resistencia (Barcelona, 2019).

martes, 8 de enero de 2019

La Tebaida interior.



La Tebaida,
¿Fra Angelico? (1420)

En medio de la despiadada blandura con que nuestra sociedad cree tenernos seguramente encarcelados, andaba reflexionando estos últimos meses sobre la necesidad de ahondar en mi stilnovismo claravalense. Meditaba sobre la legitimidad de excavar una soledad mayor que venciese la tentación de la melancólica misantropía que me asalta últimamente. Frente al peligro de acabar aislándose tras los muros de un monasterio virtual convertido en ídolo que exige la repetición ritual de sacrificios y penitencias intelectuales y poéticas, ¿no cabría recobrar el impulso eremítico que, atrayendo a un radical abandono de sí en el desierto, mantuviese callada y firme una comunicación de bienes entre su comunidad de moradores? ¿No aspiraba acaso cada entrada en esta celda bloguera a divisar un arco de la bóveda celeste? A la gruta de su Tebaida no correrá Cavalcanti a refugiarse. Ante su umbral se detiene a atisbar el origen de otra luz que, al excederla oscuramente, ilumine nuestros pasos…

viernes, 16 de noviembre de 2018

La filosofía epilogal de Cavalcanti.



Filosofía,
Raffaello Sanzio (1509-1511)

Es costumbre otoñal de este blog dedicar una entrada que compendie o resuma las preferencias y los gustos que han ido dando autoridad a su escritura virtual. Por cada una de ellas su amanuense ha paseado con pausa, deteniéndose en ese rincón de su pinacoteca, en aquella página de sus partituras o entre los versos de este escritorio. Con los matices de su paleta ha ejecutado así las notas que modulan la melodía de su voz poética. En suma, con ellas ha forjado el breviario de su stilnovismo claravalense.

martes, 25 de septiembre de 2018

Ateocracia.



Entrada de Cristo en Bruselas en 1889,
James Ensor (1888)

De paso y por curiosidad, con diletantismo culposo, desde hace un par de años he sobrevolado, por su ponderado rigor, las obras medievales de Rémi Brague (1947). La lectura reciente, casi en paralelo, de Moderadamente moderno (Madrid, 2016) y de Sur la religion (París, 2018) me ha impresionado vivamente. Como una nota personal a pie de página, querría dejar anotada algunas de sus causas.

viernes, 24 de agosto de 2018

Los diarios de Ludwig Wittgenstein.



Soldado herido,
László Mednyánszky (1916)


De entre los filósofos por los que sentí en la adolescencia una instintiva antipatía Ludwig Wittgenstein (1889-1951) no ha dejado de exigirme que respete su obra resistiendo sin éxito, una y otra vez, la tentación incluso de hojearla. De la obra, por ejemplo, de David Hume o Auguste Comte simplemente he prescindido hasta casi no acordarme de sus nombres. No así, bajo ninguna circunstancia, con Wittgenstein. 

martes, 14 de agosto de 2018

El furor poético de Santiago Montobbio.



Ruinas romanas,
Mariano Fortuny (1863-1865)

Entre los diálogos platónicos siempre regreso, con pasión intacta, a las orillas del Iliso en busca de las huellas de Fedro. A su sombra cenital escucho los ecos de los discursos de Sócrates que convierten la ambigua práctica retórica en una extrema indagación en el ser de la belleza. Tal vez no sea casualidad que haya recordado su elogio de los estados de locura mientras leía Poesía en Roma (Málaga, 2018), el reciente diario poético de Santiago Montobbio (1966), de más de quinientas páginas, que, con demorado apasionamiento, recrea su visita a Roma entre el 25 de octubre y el 6 de noviembre de 2017. 

viernes, 3 de agosto de 2018

Las noticias últimas de Fabrice Hadjadj.



For the Love of God,
Damien Hirst (2007)


Hace unas semanas un reciente presbítero volvía a requerir mi consejo sobre su tesina de licenciatura en estudios eclesiásticos. Siempre me ha insistido en su interés por una neoapologética librada de las sonrientes y culposas ataduras posconciliares. Por mi lega tendencia monástica, sospechosa de fideísmo por defecto, le había rogado en vano que me excusara. Como no cejara en su perenne inclinación tomista, acabé sugiriéndole que leyese a Fabrice Hadjadj (1971), uno de los más vibrantes intelectuales católicos en una generación, culturalmente posconciliar, cuya fe se ha extinguido y ha sido definitivamente aventada.

martes, 24 de julio de 2018

Rut y Medea.

Versión de Theotokos de Vladimir,
Andrei Rublov (1405)

Como saben bien mis pacientes lectores, siempre he sentido una juvenil inclinación, como una inacabable tentación hermética, por el psicoanálisis. Dado que he querido excavar insensato, entre las paredes de estas entradas, las celdas de un monasterio familiar, he acogido con hospitalidad y gratitud algunos libros de Massimo Recalcati (1959), sea sobre la relación entre el padre y el hijo, sea sobre la que mantienen el alumno y el maestro. Por ello, en un día de asueto madrileño, ante el escaparate de mi librería adolescente, qué maravilla del azar haberme topado con Las manos de la madre (Barcelona, 2018).

martes, 15 de mayo de 2018

El dáimon meridiano de Mayo del 68.



Cartel de Mayo de 1968

Apenas hace un par de meses ha salido publicado el libro Mayo del 68. Fin de fiesta (Almería, 2018) de Gabriel Albiac (1950). Es la revisión continuada de su Mayo del 68. Una educación sentimental (1993). De oca en oca fetiche y sigue porque siempre les toca. Tras el cuarto de siglo, llega el medio siglo, en que se manifiesta esa versión del demonio meridiano que, si en los Padres del desierto adoptaba la forma de la acedia, ahora cobra la forma voluptuosa de una memoria generacional que no deja de proyectar las estratagemas de un codicioso empeño de destrucción que en sus fantasías de omnipotencia nunca han dejado de practicar celosamente tanto como les ha sido posible. 

martes, 6 de febrero de 2018

Antonio Machado, apócrifo.



Máscaras,
Maruja Mallo (1942)

¿Qué indujo en la entrada anterior, dedicada a medias a Fernando Pessoa, a olvidar uno de los motivos centrales –casi vertebral- de mi (in)cierta autoría? Al fin y al cabo, como en un bucle a menudo aludido y jamás cumplido, Cavalcanti y yo sostenemos la heteronimia mutua que mantiene la voz –la escritura- de este blog. Atentos a una semiótica de la escucha, cada uno de estos pequeños y a veces crípticos ensayos llevan casi siete años redoblando el eco de nuestra biografía.

viernes, 8 de diciembre de 2017

La religión de Thomas Browne.



El alquimista,
David Teniers el Viejo (1640)

Hace unos meses Ander Mayora me sugería la lectura de Religio medici (1642) del médico inglés Thomas Browne (1605-1682). He ido retrasándola -mejor dicho, sincopándola- por diversas razones íntimas. Como hemos acabado la octava en la memoria de los mártires ingleses, ha llegado el momento de que me enfrente a una obra rara, en toda la amplitud del término. De algún modo secreto, como si sus páginas presumiesen las consecuencias de su alquímica melancolía, percibo en ellas un pórtico flemático a las tensiones revolucionarias de las guerras de religión de la época. ¿Son capaces, todavía, de atraer la acusación de papistas como de ser incluidas en el Índice?

viernes, 17 de noviembre de 2017

Preámbulo del Anticristo, con ecos de Vladimir Soloviev.



Retablo de todos los Santos,
Albrecht Dürer (1511)

En XXI Güelfos mi heterónimo seleccionaba la entrada “El Papado y el katéjon” como pórtico de su Purgatorio. En ella releía, todavía con una cierta ingenuidad, la seriedad escatológica con que el beato John Henry Newman comentaba, en su periodo anglicano, las profecías sobre el Anticristo. De los cuatro sermones que dedicaba a esta figura en 1835 escogió, no casualmente, el de “La ciudad del Anticristo”. En el fondo sostenía que Roma, entendida en el sentido a la vez metonímico y anagógico, político y místico, que había representado el Papado en la historia de occidente, ha encarnado una figura del katéjon, es decir lo que retenía la llegada del Anticristo.

martes, 5 de septiembre de 2017

El contrapesimismo de Oriol Quintana.



Filósofo en meditación,
Rembrandt (1632)

Tras una conversación circunstancial, que sospecho que resultó para ambos de una levedad tan estimulante como inquietante, Oriol Quintana (1974) nos hizo llegar un ejemplar de su Filosofía para una vida peor (Madrid, 2016), con la siguiente dedicatoria anónima: “Crec que aquest pot ser l’inici d’una llarga amistat”. En efecto, Quintana suele ensayar aquel rictus vesicular que Bogey esbozaba antes de perderse, sentimental y todavía sobrio, en la niebla de su libertad imprecisa. Me toca, pues, como reseñador, adoptar el papel, escandalizado, ¿inescrupuloso?, del Capitán Renault, dispuesto a la auténtica amistad de los mercenarios: apostar astuto a la ruleta de los principios. Nos convendrá, tal vez, perder.

martes, 15 de agosto de 2017

Stilnovismo claravalense.



Apparizione della Vergine a San Bernardo,
Filippino Lippi (1482-1486)

Entre esos detalles que azuzan la curiosidad intelectual de cada cual, hasta ahora parecía no haber encontrado la ocasión de aclararme por qué Rémi Brague, antes de emprender sus grandes ciclos de obras filosóficas, había organizado en 1990 un seminario sobre San Bernardo y la filosofía. En su contribución el autor de La sabiduría del mundo advertía que el debelador de Pedro Abelardo y de Gilberto de La Porrée, en apariencia tan poco amigo de la dialéctica, había afrontado el imperativo socrático de conocerse a sí mismo, aunque con un matiz singular: desvió su atención del verbo a su sujeto. El abad de Claraval habría cuestionado el “sí mismo” de los filósofos. Al orgullo de la divinización filosófica habría opuesto la humildad de la verdad en que uno se mueve. Concluía así Brague refiriéndose a la postura de san Bernardo: “El modelo de «sí» subyacente es el de una pura situación en la urgencia de una acción, de un puro límite del mundo, esencialmente frágil porque está constantemente amenazado hasta en su estatus de ser”.

martes, 18 de abril de 2017

Sócrates, Telémaco y... Proteo.



Jantipa mojando a Sócrates,
Reyer von Blommandale (c. 1655)

Hace un par de años reseñé en esta página un libro de Massimo Recalcati (1959) sobre la figura del hijo tras la muerte de Dios y del padre. ¿Desaparecía con ellos la posibilidad de sentido de la autoridad y también de la creación? Planteaba al final de aquella entrada si sería posible que Telémaco, huérfano, pudiera acabar desposando a Rut, la viuda moabita. En busca de ese posible encuentro he leído el libro posterior del psicoanalista italiano, La hora de clase. Por una erótica de la enseñanza (Barcelona, 2016) y he vuelto a topar con una respuesta ambivalente. Si se quiere entenderla, cabe embarcarse en la nueva aventura de Telémaco que no sale ahora tras los pasos míticos de su padre Odiseo sino tras las huellas históricas de Sócrates, su maestro por venir.

martes, 27 de septiembre de 2016

Gregorio Luri, filósofo en la caverna.


La mort de Socrate,
Jacques-Luis David (1787)


Hace unos meses, como a Miguel d’Ors, mi heterónimo conoció personalmente a Gregorio Luri (1955) en Santiago. Con él ha compartido un par de largas paseatas, por las calles compostelanas y, deshidratados y entusiastas, por la costa estival del Maresme. Por lo que me cuenta mi otro yo cavalcantesco, en la conversación es muy difícil sustraerse a la fascinación que ejerce su campechanía navarra bajo un perfil iberorromano. Como si fuera la explosión de una risa traviesa, salpica el diálogo con unos “sí, sí, sí, sí, sí” entre dientes que suelen preludiar una amable objeción mediterránea. Casi nunca contradice abiertamente a su interlocutor; se avanza indirectamente a sus opiniones con argumentos acerados. No me sorprende que haya escrito un libro de viaje (a pie) siguiendo, por su amada Bulgaria, las huellas de las huestes de Roger de Flor. Secretamente, Luri es un almogávar templado por la luz del Ática.

martes, 9 de agosto de 2016

Los dáimones tatuados de Ricardo Gil Soeiro.



Angelus Novus,
Paul Klee (1920)

Hace un par de años reseñaba en este espacio los dos primeros volúmenes poéticos de la Tetralogía palimpséstica que mi desconocido amigo Ricardo Gil Soeiro había publicado entre 2012 y 2013 con los títulos de Da vida das Marionetas y Bartlebys reunidos. Como una amistad literaria, por definición, está tejida de la materia del olvido, la ausencia de sus noticias me aseguraba que un proyecto poético tan ambicioso no sólo se culminaría, sino que habría de volver a encontrarlo ya terminado. A fin de cuentas, una lección de la poesía moderna consiste en que no hay más lector que el que llega, hipócrita y semejante, demasiado tarde. Me encuentro así por fin con otro volumen que recoge la tetralogía al completo, con los dos libros que faltaban entonces, Comércio com Fantasmas (2014) y Anjos Necessários (2015), bajo el título general de Palimpsesto (Oporto, 2016).