Donna me prega

Este blog se declara católico, tal vez con cierto aire estoico. Defiende la simplicidad, el silencio y la contemplación.
Quiere ofrecer reflexiones, opiniones y lecturas a personas atentas a la vida del espíritu y de la cultura.

martes, 23 de febrero de 2016

William Shakespeare, filósofo.



¿William Shakespeare?,
Grafton Portrait (1588)

Mi heterónimo, desvergonzado, se ha propuesto impartir una asignatura sobre William Shakespeare, aprovechando la excusa, que tanto detesta, de la efeméride de su muerte (1564-1616). No se atrevería a “enseñar” Cervantes, pero, puesto que no domina ni la lengua ni la cultura inglesa, se siente más cómodo para ejercer, ¿irresponsablemente?, esa vocación transversal que hace girar los ojos de satisfacción a los pedagogos, quizás con el único fin de que queden atrapados en el revés de su retina.

martes, 16 de febrero de 2016

Las baladas de Guido Cavalcanti.



Giotto Painting the Portrait of Dante,
Dante Gabriel Rossetti (1852)

En plena juventud caí por un sumidero espiritual y amoroso cuyas circunstancias, tan comunes, suelen dejar a sus protagonistas ante una disyuntiva: o Teseo, que, apresado en el laberinto de Ariadna, vive bajo la eterna mirada del Minotauro, u Orfeo, que, exiliado de Tracia, busca a Eurídice más acá de los ríos del olvido.

martes, 9 de febrero de 2016

José Mateos, en la otra vida.



Bodegón con plato de membrillos,
Francisco de Zurbarán (1663-1664)

Aunque resulte paradójico, puede que las redes sociales, que parecen haber convertido la intimidad en la proyección instantánea de una máscara múltiple, estén dando una nueva oportunidad al diario literario en su tradicional formato de libro. Si logra zafarse de las trampas de la referencialidad, centradas en la construcción de una identidad a la postre ficcional, este tipo de obras podrán seguir radicalizando la introducción de diversos procedimientos –líricos, ensayísticos y narrativos− que algunos autores vienen ensayando para lograr articular el plano de la memoria personal en el tiempo de su escritura.

martes, 2 de febrero de 2016

Meditación de la memoria.



Cristo, Varón de Dolores,
Luis de Morales (1566)

Hace un par de meses regresé, como un relámpago, a Madrid. Compruebo que la ciudad de mi infancia y de mi juventud se va alejando cada vez más a medida que comparo sus huellas con las de mi memoria. Estoy cierto que la maravilla urbana es su constitución proteica que replica las metamorfosis del recuerdo. Como en un plano, la arqueología del olvido, física y emocional, excava en una tierra perpetuamente removida.