Donna me prega

Este blog se declara católico, tal vez con cierto aire estoico. Defiende la simplicidad, el silencio y la contemplación.
Quiere ofrecer reflexiones, opiniones y lecturas a personas atentas a la vida del espíritu y de la cultura.

martes, 29 de diciembre de 2015

Elías, profeta y maestro.



El profeta Elías alimentado por un ángel,
Dieric Bouts el Viejo (1464-1466)

Quienes siguen están líneas saben bien cuánto detesto la neopedagogía triunfante, arrogante y mediocre. No sólo ha destruido mi profesión –la de lector−, sino que pretende que sus detractores quedemos paralizados ante sus ultimatos que, como ha enumerado Gregorio Luri con precisión algebraica, son fruto de una “memez engolada” y de un “narcisismo ridículo”. Cualquier réplica es descalificada con una mueca de conmiseración autoritaria que, en el caso de tantos profesores dignos, encierra una amenaza no tan velada a su estabilidad laboral.

martes, 22 de diciembre de 2015

De profundis (y II). Teología güelfa.



In Ictu Oculi,
Juan Valdés Leal (1670-1672)


A mi heterónimo le angustia la ceguera ante una sociedad que ha decidido limpiar, indoloramente, los hierbajos de sus antiguas raíces cristianas. Le parece ver reducida a la indigencia de unos sentimientos limosneros el testimonio de una fe que, al crearlo, organizó el espacio físico -a través de los monasterios- y moral -mediante la predicación mendicante- del universo social que fue Europa. Frente a esta disolución, redacta su trilogía güelfa que adopta el aire de un testamento en forma de tríptico. En sus páginas encomienda sus convicciones culturales, sus certezas teológicas y, en el futuro, su memoria poética a lectores nómadas, en tránsito. Por los caminos del exilio mantenemos la palabra única, y todavía oculta, por brújula.

martes, 15 de diciembre de 2015

De profundis (I). Teología güelfa.



Alegoría de la Vanidad,
Pieter Boel (1663)


Embarcado en una trilogía, mi heterónimo, ¿ambicioso?, se empeña en construir una alegoría de la vanidad con nuestro nuevo volumen Teología güelfa. Los símbolos del poder permanecen arrojados, pero su uso, más que multiplicar sus significados, los ha aventado, como arena fina, por el desierto teológico de este mundo. Me temo que su aventura güelfa, entre Aviñón y la Bastilla, no sólo debe de parecer incomprensible sino que debe resultar menospreciable. Como un dibujo a carboncillo, arqueológico, tal vez se intuyan en ella los rasgos -eternos- de un hombre de dolores, por cuyos trabajos no renunciamos a volver a ver la luz y saciarnos de conocimiento. A la fe desnuda de la Editorial Vitela  en este libro se debe el milagro de su publicación.

martes, 8 de diciembre de 2015

El lulismo indepe.



Miniatura del Viaje a Bugia (1307)
Breviculum ex artibus Raimundi Lulli electum,
Thomas Le Myésier (1321)

Por razones académicas paralelas asistí hace unos días con mi amigo germanófilo a la inauguración de los fastos generalicios en loor del beato Ramon Llull (1232-1316) en el Palau de la Generalitat de Catalunya. Nos sentamos esquinados para observar la monotonía de un acto oficial, a la espera de alguna revelación de ética pura kantiana que justificase nuestra insurrección. No obstante, si hace unos meses nos divertimos con los pedagogos flipaos, como lulistas indepes salimos un tanto defraudados. Pero, dado que me tomo a pecho el nombramiento que mi amigo me hizo entonces de "cronista de la catástrofe", debo a mis lectores un pequeño reportaje.

martes, 1 de diciembre de 2015

Edmund Campion, orador mártir.



The English and Welsh Martyrs,
Daphne Pollen (1970)

Es tradición de este blog celebrar la memoria de los mártires jesuitas ingleses a principios de diciembre. Hoy, aniversario del martirio de san Edmundo Campion S. J. (1540-1581), con más motivo me siento a escuchar el Agnus Dei de la Misa a cuatro voces (1591) de William Byrd. Me detengo, estremecido, en el grito de las notas de petición “Dona nobis pacem”.


martes, 24 de noviembre de 2015

Arthur Rimbaud, escatólogo.



La casa del ahorcado,
Paul Cézanne (1873)

Un compañero de aquel ignoto C.O.U. de mi adolescencia se empeñaba en provocar y hasta escandalizar con sus lecturas de Nietzsche a un buen exfraile tomista que se había convertido en nuestro profesor de filosofía. Las polémicas solían acabar con estas palabras de don Laude que meneaba la cabeza: “No leas esas cosas, que te perjudicas”. Como reprensión, usaba todos los verbos en segunda persona.

martes, 17 de noviembre de 2015

Teresa de Jesús, letraherida.



Santa Teresa y Cristo en una guirnalda de flores,
Daniel Seghers (siglo XVII)

Hace una semana maldecía los Congresos y ahora acabo de participar como ponente de un Coloquio en Praga sobre santa Teresa de Jesús. Tal vez sirva de excusa a esta doblez que mi amigo ateo de la juventud intenta invitarme, cuando puede, a disertar sobre algún tema espiritual. Aprecia en mí, que siempre he creído en la Autoridad, el que jamás haya logrado caer simpático a las autoridades. Quizás por una sorprendente asociación la autora de las Moradas, por cuya escritura él siempre se ha sentido atraído, nos ha dado la ocasión otra vez de cenar en una hospoda, acudir a un concierto y hablar sin descanso. ¿Es necesario añadir que mi amigo, veinticinco años atrás, me descubrió Cavalcanti?

martes, 10 de noviembre de 2015

La Cartuja ausente.



Monasterio cartujo cabe Roma,
Karol Telepy (1858)

Hace un par de semanas hube de participar con una ponencia en un Congreso sobre la Cartuja. Rompía así con una decisión que había tomado unos cuantos años atrás. La organización de este tipo de actos, en el mundo de las humanidades y de las ciencias sociales (con perdón), es ya, sin tapujos, un gran fraude aceptado como tal por la “comunidad académica”, si así puede todavía llamársela.

martes, 3 de noviembre de 2015

El abrazo de Esaú.


La reconciliación de Esaú y Jacob,
Peter Paul Rubens (1624)

La pérdida de un hermano abre un vacío que no es sólo psicológico o moral sino metafísico. Perder a los padres nos enfrenta, desnudos, a nuestra fragilidad existencial. Del dolor de un hijo que muere he visto a la gente protegerse para no enloquecer de pena impotente. Con la desaparición de un hermano se siente uno amputado del otro de sí mismo.

martes, 27 de octubre de 2015

El profesor inútil.



Niña ante el espejo,
Pablo Picasso (1932)

En agosto me encontré de pronto hojeando fragmentos de las novelas de Benjamín Jarnés (1888-1949) que leí en un tiempo que no añoro en absoluto. Lo confieso de nuevo: pertenecí a la secta de los «jarnesianos», cuyo culto básico consistía en desconfiar los unos de los otros. Cuando decidí abandonarla, estoy seguro de que mis colegas respiraron aliviados. Sería un deber apuntar esa delicadeza en su haber. El mundo académico es tan canalla que, puesto que en él no hay perdón, el olvido puede resultar un acto de piedad.

martes, 20 de octubre de 2015

Libertad religiosa.



La Liberté guidant le peuple,
Eugène Delacroix (1830)

Mi padre consideraba que un buen médico debía desarrollar al máximo su “ojo clínico”. En una época con apenas máquinas y sin protocolos, sostenía que el diagnóstico acertado exigía atención a los síntomas y disposición a escuchar los más mínimos matices de las explicaciones del paciente. Aunque creyente a piñón fijo, era por ello muy escéptico sobre las manifestaciones externas de ascetismo. Resultaba pavoroso, casi quiromántico, que el tiempo confirmase con precisión sus “diagnósticos”.

martes, 13 de octubre de 2015

La polifonía ascética de Cavalcanti.



L'Angélus,
Jean-François Millet (1859-1860)

En este blog no abundan las referencias musicales. De tan evidente el intenso diálogo que cada entrada entabla con el lienzo que la encabeza ha oscurecido la función central, callada, que la música cumple en la formación de su poética. No por esporádicas, sin embargo, sus motivos han intentado dejar de marcar –aéreamente− el ritmo litúrgico de su reflexión.

martes, 6 de octubre de 2015

Cesáreo Bandera, entre la fe y la ficción.


Il ritorno di Ulisse,
Giorgio de Chirico (1973)

Hace unas semanas el elogio de Ángel Ruiz al ensayo El refugio de la mentira (Jerez, 2015) de Cesáreo Bandera (1934) me dejó interesadísimo por una edición espléndida que, a través de Enrique García-Máiquez, he podido disfrutar este verano de un tirón.

martes, 29 de septiembre de 2015

Cataluña en el relato perplejo de Jordi Amat.



Le Déluge ,
Miquel Barceló (1990)

Hace un par de meses leí el ensayo El llarg procés. Cultura y política a la Catalunya contemporània (1937-2014) (Barcelona, 2015) del filólogo e historiador Jordi Amat (1978). Tras acabar sus páginas, decidí esperar el resultado de las elecciones catalanas para regresar a un punto de vista que, con una pizca de añoranza pero con rigor distanciado, reelabora el discurso político y cultural del socialismo catalán de los últimos treinta años. Como buen stilnovista claravalense, llego tarde una vez más –a la reseña del libro- pero a tiempo de las urgencias de los análisis electorales.

martes, 22 de septiembre de 2015

Cataluña y el fuego mimético de René Girard.



La mort de César,
Jean-Léon Gérôme (h. 1859-1867)

“A los analistas radicales de la vida social se les suele reprochar ser anarquistas en los periodos reaccionarios y reaccionarios en los periodos anarquistas”. Esta reflexión de René Girard (1923) en Shakespeare. Los fuegos de la envidia (1989) tal vez sirva para establecer una aplicación entre su visión mimética y trágica de lo social con la situación política actual de Cataluña.

martes, 15 de septiembre de 2015

Si Patronio...



El Juicio Final,
Pintura mural del Convento de San Pablo de Peñafiel (siglo XIV)


Además de arriesgarse a publicar los libros de mi heterónimo, mi editor aún conserva el heroísmo de leer mis divagaciones con entusiasmo. Me apuntaba hace poco, como al paso, un comentario con tal carga de profundidad que me ha dejado tocado.

martes, 8 de septiembre de 2015

Teología güelfa.





A causa de la secreta recepción de XXI Güelfos, mi heterónimo, relapso, se atreve a editar un segundo volumen de entradas selectas de este blog, ahora bajo el título de Teología güelfa. En el fondo es una defensa -¿acaso perdida?- de la familia, de la cultura y de la tradición sin adjetivos. La Editorial Vitela, minoritaria y provocadora, ha asumido de nuevo el riesgo de la publicación. No podía negarme, pues, a escribir este prefacio.

martes, 1 de septiembre de 2015

Meditar Getsemaní.



La oración en el huerto,
Francisco de Goya (1819)

Me ha costado convencer a mi discípulo blanchotiano de que no sólo le convenía sino de que casi tenía el deber de realizar al menos una estancia trimestral en París para avanzar en la redacción de su tesis doctoral. Como es un bohemio sedentario, se ha escurrido hábilmente durante meses….

martes, 25 de agosto de 2015

El palimpsesto religioso, entre José Gutiérrez Solana y Joan Llimona.



Tornant del tros,
Joan Llimona (1896)

Hace apenas unos años los expertos descubrieron que, bajo la pintura de La tertulia del Café del Pombo (1920), de José Gutiérrez Solana (1886-1945), permanecía sepultado un cuadro de tema religioso que su autor, tan poco inclinado a este tipo de motivos, habría dejado abandonado. En él se representaba -¿espectral?- un altar, con una hornacina al fondo, a cuyos pies se encontraba postrada una figura humana. Se han propuesto varias interpretaciones para explicar las razones de la reutilización de este material, pero todas ellas se han visto obligadas a reconocer que carecen de apoyo documental que pueda confirmarlas.

martes, 18 de agosto de 2015

José Bergamín, cohetero.



La tertulia del Café del Pombo,
José Gutiérrez Solana (1920)

No se me ocurre otro término que defina el postureo vital de José Bergamín (1895-1983) que el de “torracollons”: persona molesta que a todo le encuentra defectos. Reconozco culpable que en definirlo así, a la catalana, hay ciertas ganas de molestar a los (pocos) bergaminianos que aún deben de quedar y que deberían confesar que el numerito del entierro en Euskal Herría con la ikurriña y rodeado el féretro de batasunos no fue una anécdota senil sino la culminación de una vida. Genio (no tanto) y figura (mucha más) hasta la sepultura.

martes, 11 de agosto de 2015

El pedagogo flipao.



The Orgy,
William Hogarth (1735)

Con mi amigo germanófilo he acudido hace unas semanas a una jornada de innovación docente, comisariada por nuestra Universidad, que, con la excusa de formar al profesorado en las competencias digitales, ha sido aprovechada para hacer campaña en favor del método “flipped” o “inverso”. El lema era paradigmático: to share, to think, to innovate. No sé si por ello al escribir "teacher" en una web de arte me ha salido el cuadro La orgía de William Hoggarth como uno de los resultados principales.

martes, 4 de agosto de 2015

El desengaño barroco de Juan Manuel de Prada.



El Aquelarre o el Gran Cabrón,
Francisco de Goya (1819-1823)

Desde Las máscaras del héroe (1996) no había vuelto a leer ninguna otra obra de Juan Manuel de Prada (1970), más por pereza que por aversión. Aunque parecería de rigor sacarle los colores a un estilo literario que se ha calificado a un tiempo de bronco y canalla o de mojigato y engolado, la aparición de Dinero, demogresca y otros podemonios (2015), un ensayo de combate que recoge artículos suyos en la prensa reciente, me confirma que la personalidad literaria y vital que trasluce ahora su autor se empezó a gestar en aquel libro sobre las andanzas del bohemio Pedro Luis de Gálvez.

martes, 28 de julio de 2015

El rescate de Pedro Poveda.





He dudado durante bastante tiempo en escribir esta entrada, tal vez por prudencia humana. Pero hoy 28 de julio, martes, se cumplen setenta y nueve años del martirio de san Pedro Poveda (1872-1936). Un martes también de 1936 fue fusilado al amanecer contra las tapias del cementerio de la Almudena. Su crimen: haber dedicado su vida a potenciar la educación católica, femenina, a través fundamentalmente de la participación activa de la mujer en un incipiente y moderno sistema público de enseñanza. Creo firmemente que su santidad y su patriotismo merecen mucho menos olvido...

martes, 21 de julio de 2015

La melancolía anglófila de Ignacio Peyró.



The Fighting Temeraire,
John W. Turner (1838)

Como de costumbre, llego tarde a los elogios; en este caso, del formidable libro Pompa y circunstancia (Madrid, 2014) de Ignacio Peyró (1980). Valga como excusa, excéntrica, que, nada más salir publicado, ojeé su primera página y supe que, de tan bien escrito, me iba a doler por razones autobiográficas que no vienen ahora al caso. Por ello, he retrasado esta lectura y he calificado aposta sus páginas de formidables. Sinónimo coloquial de magnífico, las dos primeras acepciones de este adjetivo lo definen también como muy temible, que infunde asombro y miedo, y como excesivamente grande en su línea.

martes, 14 de julio de 2015

Monárquico sin rey.



Las postrimerías de Fernando III el Santo,
Virgilio Mattoni de la Fuente (1887)


Siempre me ha llamado la atención del ideario carlista actual un punto paradójico que, en su aparente declaración de impotencia, me resulta muy estimulante desde el punto de vista intelectual y político: “El concepto de monarquía va unido al de su legitimidad, pero la vacancia actual en la Dinastía carlista no puede hacer variar al tradicionalismo de sus convicciones monárquicas”. Tengo para mí que la Dinastía, en cualquiera de sus formas españolas, más que vacante se ha evaporado o, mejor dicho, se ha declarado prófuga de la historia. Eppure, no puede hacerme variar de mis convicciones monárquicas…

martes, 7 de julio de 2015

Rogier van der Weyden, cartujo.



Tríptico de los Siete Sacramentos,
Rogier Van der Weyden (1445-1450)

Hace unos meses acudí a ver la fantástica exposición sobre Rogier van der Weyden (1400-1464) en el Museo del Prado. Me planté a primera hora para poder ver los cuadros sin tropezarme con esos grupos que, como galeones a la deriva, cruzan los museos de un extremo a otro para detenerse a oír las explicaciones divulgativas de sus guías delante sólo de determinadas obras. Por suerte, antes de que comenzaran a navegar por las salas, pude demorarme en la contemplación de El Calvario (1454), la joya de la exposición situada estratégicamente al final del itinerario. Llegué allí, sin embargo, con la mirada atrapada por el Tríptico de los Siete Sacramentos (1445-1450).

martes, 26 de mayo de 2015

In un boschetto...



Dalt del terrat,
Joan Llimona (1891)

Hace ahora un año, al cumplir este blog cien entradas güelfas, me tomaba un descanso breve, tras citar la última estrofa de la balada «In un boschetto trova’ pasturella» de Guido Cavalcanti. Doce meses después, tras acudir puntual a la cita de cada martes, mi Cavalcanti, en deuda siempre mayor con su donna tolosana, vuelve a tomarse un respiro para acompañarla al “terrat” y contemplar juntos, si no las torres del Pino, al menos la fachada de su Sagrada Familia.

martes, 19 de mayo de 2015

Sir Thomas More, ora pro nobis.



Sir Thomas More with his daughter,
John Rogers Herbert (1844)

“Ningún cuerpo está tan plenamente configurado por el alma como la letra de la Sagrada Escritura está permeada de misterios espirituales”. En estas palabras de La agonía de Cristo, el último libro escrito por Tomás Moro (1478-1535) durante su prisión en la Torre de Londres, refulge dramáticamente la espiritualidad humanista de su autor. Con aquella definición sintetizaba, en la mejor tradición de los Santos Padres, los fundamentos del método exegético-alegórico, mientras se entregaba, en continuidad con la devotio modernaa una profunda meditación sobre el inicio de la Pasión de Jesucristo.

martes, 12 de mayo de 2015

Escritura, política, Tradición en Henri de Lubac.



Pentecostés,
Giotto (1304-1306)

Últimamente no ceso de releer el capítulo “La Iglesia en medio del mundo” de Meditaciones sobre la Iglesia (1953), escritas por el jesuita francés Henri de Lubac (1896-1991). Algunas frases del último párrafo, extraordinario y aterrador, se me han convertido casi en breves jaculatorias: “La Iglesia asiste a la perpetua derrota del bien… Aunque nunca se desanima, no por eso se entrega a la utopía…”.

martes, 5 de mayo de 2015

Joan Maragall (y W. H. Auden) ante la Palabra.



L'esposa,
Joan Llimona (1906)

Ojeando entre libros me he puesto a leer “Las palabras y la Palabra”, la última de las conferencias que el poeta anglonorteamericano W. H. Auden (1907-1973) dedicó en 1967 a la memoria de T.S. Eliot −quién sabe hasta qué punto su reverso biográfico y estético− en la Universidad de Kent.

martes, 28 de abril de 2015

Los naufragios de Rafael Sánchez Ferlosio.



Retamas en flor,
Godofredo Ortega Muñoz (1978)

Es de buen tono entre las más selectas élites admirar devotamente, aunque con distancia implícita, a Rafael Sánchez Ferlosio (1927). Creo entenderlas. Es el único escritor realmente europeo que España ha tenido en la segunda mitad del siglo XX. Podría decirse que nació aprendido, quién sabe si por una mezcla de herencia cultural geográfica y genética. Hasta la singularidad literaria, biográfica y política, de Jorge Semprún pertenece a otro tipo. De él puede decirse, más bien, que es el único escritor español que nos ha cedido la literatura francesa.

martes, 21 de abril de 2015

La poesía por venir de Yves Roullière.



Nu allongé,
Michel Levy


En un par de ocasiones, por circunstancias sólo académicas, he coincidido con Yves Roullière (1963), traductor francés de Miguel de Unamuno y de José Bergamín. Mis pocas pero intensas conversaciones con él me han dejado claro que, bajo una circunspecta timidez, su suave ironía revela a conciencia un asombro no sólo por nuestra lengua y cultura sino por la pasión que resurge fuera de toda regla, a la manera ibérica, en sus más grandes escritores. Para un tataranieto de Descartes, que una mañana le nazca, imprevistamente, radicalmente europeos, un hijo a Gonzalo de Berceo, o a Lope de Vega, o al propio Unamuno, debe causar, necesariamente, un maravilloso estupor distanciado.

martes, 14 de abril de 2015

El madrigal heterónimo de Monteverdi.



Concierto campestre,
Tiziano (1510)

A la música polifónica, de la mano de Claudio Monteverdi (1567-1643), llegué no por razones religiosas sino por profanos motivos biográficos. En el último año de carrera me enamorisqué de una menuda compañera gallega, violinista y gaitera, con voz de mezzosoprano, que procuraba instruirme en la belleza del canto coral. Tras haber vencido el hechizo, entendí que, más que arrobado, en aquellos momentos en que había cantado la contemplaba en un estado de delirio petrificado.

martes, 7 de abril de 2015

Pobreza y liturgia.



San Benito da la Regla a los fundadores de Monte Oliveto,
Il Sodoma (1505-1508)

Con su lapidaria sentencia “Monachatus non est pietas” Erasmo contribuyó decisivamente al crepúsculo de la sabiduría monástica medieval en los albores de la modernidad. Asociada a partir del Humanismo renacentista con monjes gordos, lascivos, perezosos, codiciosos e inútiles, su destrucción sistemática, desde la Reforma a las desamortizaciones del siglo XIX, obligaría a reescribir aquellas palabras del Enchiridion militis christiani en estos otros términos: “In monachato non est pietas”.

martes, 31 de marzo de 2015

Oficios de tinieblas y de esperanza.



El entierro de Cristo,
Dirk Bouts (1450)

Como preparación cuaresmal, he estado escuchando piezas polifónicas que rememoran la casi completamente perdida liturgia del Oficio de Tinieblas que debería celebrarse desde el Jueves Santo hasta el Sábado Santo. Además de salmos y responsorios, desempeñan en él un papel fundamental las lectiones de las Lamentaciones de Jeremías, cuyas primera, segunda y cuarta elegías son, en realidad, oraciones fúnebres.

martes, 24 de marzo de 2015

Las lágrimas de Don Duardos.



La tempestad,
Giorgione (1505)

De joven fui desolado amador. La castidad del amor cortés no suele ser virtud, sino un modo de practicar, lujuriosamente, la ascesis de una soberbia solitaria. “Sorrow is knowledge”, sentenciaba Lord Byron al principio de Manfred. Peregrinando entre las sombras de los afectos, se alcanza después, en el mejor de los casos, con dolor y con suerte, un conocimiento más alto, el arrepentimiento de haber(se) hecho sufrir.

martes, 17 de marzo de 2015

Frozen Propp.




Como en tantas niñas de su edad, mi petitona ha sucumbido a la pasión por Frozen (2013). Hasta ha encontrado el cd con las canciones de la película en la biblioteca municipal y hemos pasado una temporada al borde del agotamiento auditivo con el tema de “Suéltalo”. Entre ella y yo ya es prácticamente un mot-de-clef hablar de los lobos que persiguen a Ana y a Kristof, mientras aullamos a la una con los ojos desorbitados “auuuuuuu”. Su hermana, la pubilla, participa todavía de esa fantasía, en el lindero de la adolescencia. Quisiera creer que les admira la capacidad de sacrificio fraterno mediante “el acto de amor verdadero”.

martes, 10 de marzo de 2015

El Pasmo de Triana y Mijaíl Bajtín.



Belmonte en plata,
Ignacio Zuloaga (1924)

No soy aficionado de los toros ni de las biografías. Las mejores biografías suelen esconder novelas frustradas. Las mejores corridas celebran el misterio de una liturgia imprevisible. Como los toros, desde las Vidas de Plutarco las biografías son, antes que nada, una cuestión de estilo. Aún así, saliendo a los medios, me he animado a leer el mejor volumen de un género que, replicando el éxito de Lytton Strachey, se puso de moda en España en los años treinta. Me refiero a Juan Belmonte, matador de toros (1935), del excelente periodista andaluz Manuel Chaves Nogales (1897-1944).

martes, 3 de marzo de 2015

Charles Péguy y un camillero, en la línea de fuego.



Esperando,
Jean Pierre Laurens (1904)

No olvido que fui objetor de conciencia. No me movieron a adoptar aquella decisión razones pacifistas, sino unas palabras de Jesús que me impresionan desde la infancia: “Mi reino no es de este mundo”. Puestos a alistarse, ¿qué mejor ejército que el de las legiones angélicas? Puede que mi postura suscitara algunas reacciones decepcionadas, pero estoy convencido de que, si me tocase morir en una guerra, querría caer honorablemente atendiendo heridos o recogiendo cadáveres de compatriotas, en lugar de morir disparando. Puestos a estar en primera línea, no aspiro más que a ser un camillero, a ser un samaritano. Como en el primero de los relatos de Sudor de sangre de Léon Bloy, ¿acaso hay algo más digno que haber sido uno de aquellos jóvenes caídos defendiendo la celebración del sacrificio eucarístico?

martes, 24 de febrero de 2015

¿Sacerdote o escritor?




San Francisco con una calavera en la mano,
Francisco de Zurbarán (1630)


Mi heterónimo sigue esforzándose en difundir nuestros XXI Güelfos. Con la ayuda de un gran amigo ha aprovechado un viaje a su íntima Córdoba para presentarlo. Al día siguiente, se reseñaba en la prensa el acto hablando de su autor (?) como “sacerdote y escritor”. Quien lee este blog debería saber que, sin haber sido nunca ni seminarista ni novicio, está casado y tiene cuatro hijos. Que él haya renunciado ya a defenderse sobre la atribución de las órdenes sagradas -que, en ocasiones, le ha costado protestas de escándalo-, me obliga a quebrar lanzas por él y por la escritura que representamos. 

martes, 17 de febrero de 2015

Meditación de la mirada.



La tentación de santo Tomás,
Diego de Velázquez (1631)

Recomendada por Ángel Ruiz, acudí hace un par de meses a la exposición “a Su imagen” en el Centro Cultural de la Plaza Colón de Madrid. Entre cuadros excelentes de Rubens, Juan de Juanes (que he redescubierto) o El Greco, una de las joyas más valiosas que se exponían era “La tentación de santo Tomás de Aquino” de Diego de Velázquez (1599-1660). Hasta el siglo XX este cuadro se atribuyó a un discípulo del maestro sevillano, Nicolás de Villacis, e incluso a Alonso Cano. Pintado en 1631, a la vuelta de su viaje a Italia, Velázquez trata en él un tema muy poco frecuente en su obra: la vida de santos.

martes, 10 de febrero de 2015

Adán y Eva, indisolubles.



El Jardín de las Delicias (Detalle),
El Bosco (siglo XV-XVI)


Andaba inquieto por si la metáfora que me había inspirado Léon Bloy hace un par de semanas hubiese sido un exceso verbal. Me preguntaba allí qué impediría a Nuestro Señor repudiar a su Esposa, “la ramera babilónica”, si la propia Iglesia llegase a admitir que la indisolubilidad matrimonial es relativa, misericordiable. Mi discípulo blanchotiano me reconvino delicadamente por la imagen, sin negar –me decía− que ese tipo de “disquisiciones” fuesen un medio de reducir al absurdo algunas propuestas teológicas actuales. Le entiendo y me admira: es joven, acaba de casarse y todavía su fe no ha sido tentada por la fatiga de la Caída, como decía Bloy.

martes, 3 de febrero de 2015

Podemos de aquella manera.



La carga de la caballería roja,
Kazemir Malévich (1928-1932)


Con motivo de la marcha convocada por Podemos el sábado en Madrid, apareció ese mismo día en La Vanguardia una entrevista de Enric Juliana a su dirigente Pablo Iglesias. Su contenido me ha confirmado por qué ya apenas ni leo la prensa ni veo la televisión. No sé si sería mala idea fundar un monasterio interior en la Antártida como manera de helar la amarga risa de la farsa, mientras el neosuprematismo de una caballería digital roja parece estar dispuesta a tomar al asalto la memoria del poder.


martes, 27 de enero de 2015

Léon Bloy, peregrino absoluto.


Madonna del Bordone,
Coppo di Marcovaldo (1261)

A Léon Bloy (1846-1917), exegeta desesperado de los lugares comunes de la sociedad burguesa, se le puede considerar un panfletario, un reaccionario, un dogmático, un iluminado, un apocalíptico, un magnífico escritor o cualquier otra definición que se quedará siempre corta para asomarse al misterio de su palabra invisible. Él mismo se autodefinía en los títulos de los volúmenes de sus Diarios como el mendigo ingrato, el invendible, el viejo de la montaña o el peregrino de lo absoluto. Cualquier elogio lo emocionaba; cualquier insulto le honraba.

martes, 20 de enero de 2015

Leyendo XXI Güelfos (y II).



Giudizio Universale,
Detalle del fresco en Santa Cecilia in Trastevere,
Pietro Cavallini (1300)

...  Entre el más y el menos mi ¿heterónimo? no acaba de arriesgar su responsabilidad a una sola jugada. No sería prudente ni quién sabe si legítimo. Quizás por ello me necesita tanto como ¿yo mismo? esta escritura con que quiere desenrollar mi nombre ante un público al que no puede convocarse, invocarse, en la ausencia instituida de toda autoridad. El compromiso de nuestras voces queda abierto. Es este espacio de imágenes, de reflejos, de remisiones el que traza mi silueta evanescente para definir una identidad extática. Allí donde mi otro intenta trazar una identidad más allá de sí misma recrea su autoría.

martes, 13 de enero de 2015

Leyendo XXI Güelfos (I).



Finis gloriae mundi,
Juan Valdés Leal (1670-1672)


Da pudor escuchar al otro de sí mismo hablar, en un cierto desorden, sobre aquella búsqueda intelectual que hemos compartido creando una voz que nos excede. Comprendo que es justo pagar el tributo de presentar un libro, pero temo que la soledad de XXI Güelfos no merezca la glosa de mi heterónimo en el acto que se celebró el pasado 7 de enero. Me consuela saber que él detesta apropiarse de una autoría de la que ambos decidimos expropiarnos al servicio, tal vez errante y no fallido del todo, de una escritura en que se encarnan nuestras ansias escatológicas. Que dos amigos le presentasen tranquilizó mi ligera inquietud. Reproduzco críticamente la primera parte de su intervención en esta entrada.

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martes, 6 de enero de 2015

Mi héroe Coco.





Una de las grandes lloreras de mi vida ocurrió las Navidades en que un compañero de clase me reveló el secreto de los Reyes Magos. De natural fantasioso, nunca he logrado superarlo del todo. No sólo esperaba el día 6 de enero con una emoción excitada, que desembocaba en preguntas incisivas a mi padre sobre qué le habían dicho los Reyes, sino que me entusiasmaba el horizonte de una vida adulta en que les ofrecería una copita de jerez mientras ponían regalos a quienes –oh sorpresa− serían mis hijos.