El profeta Elías alimentado por un ángel, Dieric Bouts el Viejo (1464-1466) |
Quienes siguen están líneas saben bien cuánto detesto la
neopedagogía triunfante, arrogante y mediocre. No sólo ha destruido mi
profesión –la de lector−, sino que pretende que sus detractores quedemos
paralizados ante sus ultimatos que, como ha enumerado Gregorio Luri con precisión algebraica, son
fruto de una “memez engolada” y de un “narcisismo ridículo”. Cualquier réplica
es descalificada con una mueca de conmiseración autoritaria que, en el caso de
tantos profesores dignos, encierra una amenaza no tan velada a su estabilidad
laboral.