Donna me prega

Este blog se declara católico, tal vez con cierto aire estoico. Defiende la simplicidad, el silencio y la contemplación.
Quiere ofrecer reflexiones, opiniones y lecturas a personas atentas a la vida del espíritu y de la cultura.

viernes, 27 de octubre de 2017

Contra escuelas cristianas.



La Sagrada Familia y la educación de la Virgen,
Lucas Cranach el Viejo (1510-1514)

Lo siento mucho, Señor Ministro; mis escuelas han sido instituidas para dar a conocer a Jesucristo y el libro que Vd. me propone ¡ni lo nombra siquiera!” (Vble. Jean Marie de La Mennais a Monsieur de Salvady, Ministro de Educación de Francia, 1833).


Temo que esta entrada, polémica, será malentendida. Empezaré, pues, con una provocativa captación de benevolencia para despeñarme por el torturado sendero de la sátira. Pedagogos y delegados episcopales, leedme en los labios, porque emplearé esa palabra que no tenéis reparo en utilizar cuando creéis ser “inclusivos”: fui vuestro ¡C-L-I-E-N-T-E! y terminé muy descontento del servicio que estáis encantados de ofreceros.

martes, 17 de octubre de 2017

Tras la trilogía güelfa (y II).



Canto XXI, Paradiso,
Disegni per la Divina Commedia,
Sandro Botticelli (1480-1495)

Léon Bloy, platónico, anotaba en sus Diarios que “la voluptuosidad infinita, eterna, no será ver a Dios, sino volver a ver a Dios”. Cavalcanti, paulino, reconoce que “la creación fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por aquel que la sometió” (Rom. 8, 20). Abatido, no vencido, hijo de Adán, observa que entre las delicias edénicas del Jardín y la ciudad celeste de Jerusalén resplandecerá por siempre la Cruz de Cristo. La tentación más fuerte que experimenta su escritura lo está empujando al pináculo milenarista del Templo (y del Tiempo) agónico que vivimos. De arrojarse, sabe que la misericordia de Dios, entre las lágrimas de sus ángeles, permitirá que su alma siga rebotando en cada una de las piedras con la que ha ido chocando. Pisoteada por los dragones y las víboras que anidan y reptan entre sus ruinas, no dejará de combatir, peregrina absoluta, las mentiras que las figuras contemporáneas del Anticristo han logrado imponer bajo el principio de no no contradicción. Tras ellas, impidiéndole de momento el paso, atisba los muros de su monasterio…

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viernes, 6 de octubre de 2017

Tras la trilogía güelfa (I).



Canto XXX, Purgatorio,
Disegni per la Divina Commedia,
Sandro Botticelli (1480-1495)

Por estas fechas, durante los pasados tres años, no he dudado en presentar cada uno de los volúmenes que han formado la Trilogía güelfa que mi heterónimo había ido componiendo como una minuciosa antología -¿un florilegio?- de las entradas de este blog. En los últimos meses, algunos lectores, irónicos y entusiastas, minoritarios, se han interesado por si aparecería una cuarta entrega o, expectantes e inquietos, por si no hubiera comenzado la etapa de extinción de esta aventura literaria. ¿Debo aclararlo? Sus planos son secantes. Los espíritus visivos de Donna mi prega engendraron un amor güelfo cuya dinámica cultural, teológica y estética se ha manifestado trinitaria. Como insinúan las notas de un inconexo diario que mi heterónimo me ha dejado hojear y espigar, aquella trilogía, como hipóstasis libre, independiente y personal en papel, ha iniciado el despliegue virtual de una peregrinación absoluta que no se agotará tampoco en sí misma…

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