Madonna del Bordone, Coppo di Marcovaldo (1261) |
A Léon Bloy (1846-1917), exegeta desesperado de los lugares
comunes de la sociedad burguesa, se le puede considerar un panfletario, un
reaccionario, un dogmático, un iluminado, un apocalíptico, un magnífico
escritor o cualquier otra definición que se quedará siempre corta para asomarse
al misterio de su palabra invisible. Él mismo se autodefinía en los títulos de
los volúmenes de sus Diarios como el
mendigo ingrato, el invendible, el viejo de la montaña o el peregrino de lo absoluto. Cualquier elogio lo emocionaba; cualquier insulto le honraba.