Mediodía sobre los Alpes,
Giovanni Segantini (1891)
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Aunque a mi amigo pedagogo, que sobrelleva con
paciencia mis arrebatos ácratas, solían mortificarle mis públicas y desafiantes
profesiones de educado ateísmo innovador, jamás he podido dejar de considerar
la escuela posmoderna como la más sutil, descabellada y represiva de nuestras
instituciones sociales. Por eso, la considero un mal tan necesario como todavía
indispensable para seguir preparándose hacia el espantoso mundo que asoma ya
por el horizonte.